La Oración Trinitaria

por Rod Hugen
La oración trinitaria nace de un deseo para establecer una relación con las tres personas de la Trinidad. Nosotros reconocemos a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Como niños, una de las bellezas de una relación propia con nuestro padre es que siempre somos asombrados a lo que él puede hacer y siempre nos emocionamos y estamos dispuestos a pedirle cualquier cosa, sabiendo que él es bueno y amoroso y hará lo que es lo mejor para nosotros. Reconocemos que en nuestro mundo con sus defectos por causa del pecado no tenemos un buen modelo de un padre bueno, pero también reconocemos que Dios es el Padre perfecto. Con eso en la mente, iniciamos nuestro tiempo de oración trinitaria por decirle a Dios que maravilloso es él y describimos nuestra experiencia de sus atributos. Le platicamos nuestro conocimiento de su poder o su majestad o su belleza o su amor, o cualquiera de las otras cualidades que vemos en él. Elegimos confiar plenamente en él. Le pedimos cualquier cosa que queremos. Estamos dispuestos a arriesgar que diga ‘no’ o ‘mas adelante’ porque sabemos que él es el Papa perfecto y él sabe mejor que nosotros lo que debemos tener. El puede decir no al helado antes de la cena, pero también pueda complacerse en darnos el deseo de nuestro corazón. Tenemos confianza que cualquier cosa que pidamos en su nombre él nos dará y que nos ama completamente y no nos dará algo que nos dañaría.

La segunda parte de la Oración Trinitaria viene al reconocer que Jesús es el hermano mayor perfecto para nosotros. El ya ha pasado por cualquier situación por la cual nosotros podamos pasar. El ha sufrido la muerte por nosotros y está sentado a la mano derecha del Padre. El sabe qué hacer en cada situación que enfrentamos porque él fue tentado en la misma manera que nosotros somos tentados y el sufrió en maneras que ni podemos imaginar cuando sufrió las consecuencias de nuestro pecado. El nos ama como hermanos y hermanas y podemos pedirle que nos ayude con cualquier cosa. Siempre está a nuestra disposición, cuando estamos confundidos o tenemos miedo o cuando simplemente no sabemos qué hacer. El nos mostrará su palabra y por su Espíritu todo lo que debemos hacer o decir. El nunca nos maltrata, ni nos hace mal ya que es bueno y recto y amoroso hacia todo lo que él ha hecho. Podemos depender de él siempre que nos sintamos inseguros y sabemos que él nos corregirá cuando hacemos lo que es dañino o pecaminoso. Tenemos confianza en El y podemos confiar en todo lo que nos dice que hagamos, así que simplemente le digamos que tan maravillas hermano mayor es El y llevemos todas nuestras cargas y preocupaciones a El.

La tercera part de nuestra oración trinitaria es el conocimiento que el Espíritu es el que nos da ánimo, es nuestro motivador. El Espíritu siempre habla la verdad y nos anima a hacer lo que es recto y bueno. El Espíritu es confiable y cuando escuchamos al Espíritu podemos escuchar lo que el Padre y Jesús quieren que hagamos. Nos damos cuenta que la manera principal que el Espíritu usa para hablarnos es por medio de la Biblia, así que abrimos nuestras Biblias y escuchamos lo que él nos diga. También reconocemos que el Espíritu nos mueve a hacer lo que él nos llama a hacer por medio de su voz quieta y bajita que nos empuja a los caminos a donde Dios quiere que vayamos. Con eso en mente, nos sentamos en silencio y con expectativa, esperando escuchar al Espíritu. Pedimos que el Espíritu nos guíe en toda la verdad y anotamos lo que leemos en la palabra de Dios y lo que ‘escuchamos’. Nosotros escuchamos, sabiendo que el Espíritu nunca nos desviará del camino, y siempre nos animará y nos dará esperanza.

Terminamos nuestro tiempo de la Oración Trinitaria compartiendo con nuestra comunidad lo que hemos escuchado de Dios.  Compartimos las escrituras que vinieron a nuestras mentes y ofrecemos lo que creemos que escuchamos al escudriñamiento de los otros que caminan con Jesús. Reconocemos que Dios también es un Dios quien habla a través de su pueblo y sometemos voluntariamente a lo que creemos es la verdad a otros creyentes y especialmente a los ancianos quienes son llamados a ser responsables por nuestro cuidado espiritual. Reconocemos que a veces no escuchamos claramente y que necesitamos que otros hablen la verdad a nosotros. Escuchamos con mucho cuidado a los que Dios ha puesto en nuestras vidas, reconociendo que en humildad y en sometimiento a otros, podemos mas frecuentemente escuchar la verdad de los que Dios nos esté hablando.

Trinitarian Prayer – La Oración Trinitaria – Bilingual printable

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.